Epilepsia

La epilepsia es una alteración del cerebro que da lugar a crisis epilépticas. Las crisis o ataques epilépticos son episodios de alteración de la función del cerebro. Durante ellos se altera la señal eléctrica que utilizan las neuronas para comunicarse entre sí. Esto afecta a otras células y la señal eléctrica se propaga a otras partes o a todo el cerebro.

Las crisis epilépticas afectan a la corteza cerebral, la sustancia gris que envuelve el cerebro. La corteza alberga funciones cerebrales que requieren nuestra voluntad (por ejemplo, hablar, pensar, memorizar, mover los músculos, prestar atención) y es la que recibe información de los órganos de la visión, el oído, el tacto, el olfato y el gusto.

Cuando se produce una crisis epiléptica se alteran una o varias de estas funciones, por este motivo, los síntomas durante las crisis epilépticas son muy variables, y reflejan la función de la parte de la corteza cerebral que ha sufrido la alteración de la transmisión neuronal. Las neuronas que son afectadas por una crisis pierden transitoriamente su función debido a que durante la excitación eléctrica consumen toda su energía disponible.

Tipos de Epilepsia

Hay muchos tipos de crisis epilépticas y de epilepsias. Identificar el tipo de epilepsia es importante para determinar la gravedad, el pronóstico, la posibilidad de que existan otros familiares afectados, las causas más probables y el tratamiento más eficaz.

Las crisis se dividen en dos grupos principales: crisis focales o parciales y crisis generalizadas. Las crisis focales se originan en una región circunscrita de la corteza cerebral, y desde ahí pueden propagarse a otras regiones. Si se asocian con confusión o alteración de la conciencia se denominan crisis parciales complejas, si no se asocian con alteración de la conciencia crisis parciales simples. Las crisis generalizadas se originan simultáneamente en toda la corteza cerebral y siempre se asocian con alteración de la conciencia.

Tratamientos

Existen numerosas formas de tratamiento para la epilepsia. En algunos tipos de crisis epilépticas, puede no ser necesario el tratamiento, esta decisión debe ser adoptada por el médico, nunca por el paciente o su familia de forma unilateral. La mayoría de los casos de epilepsia requieren tratamiento médico.

La mayoría de las epilepsias se controlan con un fármaco antiepiléptico utilizado de forma adecuada. Si con el fármaco a las dosis habituales no se consigue el control completo de los ataques suele ser necesario incrementar la dosis, cambiar de medicamento. Cuando se han probado varios medicamentos antiepilépticos sin obtener resultados aceptables es recomendable reevaluar el diagnóstico y puede ser el momento indicado para evaluar terapias alternativas.

Cirugía de la epilepsia: La selección de los pacientes que pueden responder al tratamiento con cirugía se realiza en centros o programas especializados. Se debe realizar una evaluación completa con el apoyo de neuropsicólogo, neuroradiólogo y otros especialistas. En esta evaluación se identifica si el paciente presenta una epilepsia que puede responder al tratamiento quirúrgico, si ha recibido el tratamiento médico correcto, y qué tipo de intervención es la más idónea.

Por último, la radiocirugía está en fase experimental. El principio de la radiocirugía es crear una lesión de extensión limitada mediante un haz de radiación gamma en el foco epiléptico.

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