Enfermedad de Parkinson

La Enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa del sistema nervioso, de alta prevalencia en la población; la segunda en frecuencia después de la enfermedad de Alzheimer.

La edad de inicio más frecuente está entre los 60 y 69 años. Su aparición está en relación con la edad, ya que el envejecimiento es causa conocida de las enfermedades neurodegenerativas. Así, afecta a 3-4 casos por 100.0000 habitantes en población menor de 40 años y más de 500 casos por 100.0000 habitantes en población mayor de 70 años.

Hasta la fecha, la causa que la produce es desconocida. Se han involucrado algunas sustancias tóxicas y se han descrito diferentes mutaciones genéticas que condicionan formas de la enfermedad (con mayor frecuencia en población joven). Hoy día se cree que la causa está probablemente relacionada con la interacción de factores genéticos y medioambientales.

Datos clínicos de la Enfermedad de Parkinson

Su forma clínica de manifestarse es con enlentecimiento en la iniciación y realización de los movimientos, llamado bradicinesia. De forma gradual, todos los actos motores de un sujeto se van enlenteciendo precisando cada vez más tiempo para actividades de la vida diaria como vestirse, comer, asearse, etc.

Cuando la enfermedad comienza en las extremidades de un lado del cuerpo, el paciente puede notar dificultad para escribir, abotonarse la ropa o partir la comida, pero si el lado que primero se afecta es el izquierdo, puede pasar desapercibida por más tiempo.

Si esto aparece en personas mayores, al ser un proceso gradual el paciente lo percibe como algo en relación con el envejecimiento y puede no darle importancia y por tanto no consultar al médico. Algunos pacientes presentan temblor de reposo en una extremidad, signo más fácil de identificar como algo anormal para que el paciente consulte.

Desde su descripción la clínica de la enfermedad está representada por problemas motores: temblor, bradicinesia, rigidez, y en la evolución problemas de la marcha y estabilidad. Estos signos son además, a día de hoy, la clave para el diagnóstico, es decir el diagnóstico es “clínico” y no existe ninguna prueba diagnóstica que sustituya la información que proporcionan los síntomas y la exploración del paciente.

Puede ocurrir incluso años antes del diagnóstico que el paciente presente reducción del olfato, estreñimiento, alteración del sueño REM (sueños vívidos) o depresión. Durante la evolución de la enfermedad la fatiga, dolores de causa no precisada, trastornos del sueño, alteración de la sudoración o control de la micción, así como diferentes alteraciones del ánimo, la conducta y en ocasiones la cognición, acompañan de forma variable a cada paciente.

Tratamientos

Se dispone hoy día de diferentes tratamientos farmacológicos que son muy eficaces a nivel de combatir los síntomas y permitir que el paciente pueda realizar una vida normal. Hay que descartar firmemente la idea de que tras un diagnóstico de Parkinson el sujeto estará en unos años en silla de ruedas.

Tratamiento quirúrgico de la Enfermedad de Parkinson: La selección de los pacientes que pueden responder al tratamiento con cirugía se realiza en centros o programas especializados. Se debe realizar una evaluación completa y cumplir con las indicaciones para una cirugía, para obtener los mejores resultados.

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